Maquívar, María del Consuelo. “De lo permitido a lo prohibido. Iconografía de
Por Leontina Etchelecu (USAL, UP)
El reciente libro de María del Consuelo Maquívar, fue tema de su tesis doctoral defendida en 1998, bajo la dirección de
Así la autora aborda uno de los temas más controvertidos que tuvo el cristianismo: el Misterio de
Fue justamente la configuración antropomorfa la que se utilizó para mostrar dos pasajes del Génesis: la creación del primer hombre, y la aparición de Dios a Abraham, la llamada Teofanía de Mambré, donde Abraham recibe la visita de tres personajes masculinos, pero se dirige a uno solo de ellos.
El libro de Maquívar comienza con un racconto acerca de la conformación de la doctrina de
Luego divide la crónica en tres partes: la primera, que denomina “Desde lo permitido”, tomando lo que siempre fue aceptado por
La iconografía de
El dogma de
Maquívar va jalonando su relato con la incorporación de la iconografía trinitaria, de los lienzos novohispanos más representativos de este tema. Cabe recordar que, una vez zanjada la cuestión de la representación de
A través de la manualística española, con Francisco Pacheco y Antonio Palomino de Castro, entre otros, se pretendía estandarizar los cánones sobre lo que debían basarse los pintores a la hora de plasmar “trinidades”. Estas imágenes tomaron fuerza y se hicieron muy importantes como herramientas de la evangelización, para echar luz a un misterio difícil de explicar hasta con palabras.
“El Padre con la representación de anciano, para denotar paternidad […] El Hijo en forma de cordero o con las señales de su humanidad santísima […] El Espíritu Santo en forma de paloma o con vestimenta de color de fuego, para denotar el del divino amor, que como impulso y propiedad personal le constituye en su ser relativo” (p.76).
Sobre esta cita de Palomino, Maquívar se cuestiona si este autor no conocía la representación antropomorfa de
Luego de estas consideraciones sobre lo que debe ser y no ser, y del modo de representarlas, Maquívar describe las distintas formas que adopta este dogma tomando siempre las representaciones novohispanas como ejemplos ilustrativos de su narración.
Sobre “Lo permitido”, es donde hace referencia a lo que conocemos como “Trinidad Clásica”, o sea lo que no se aparta de lo tradicional, según ella misma explica, y es básicamente cuando “El Padre luce como anciano digno, entronizado, ataviado con vestiduras pontificales. Jesucristo se ve como un adulto de 33 años, y suele aparecer a la derecha de El Padre. Por último, y según narra el evangelio el bautismo de Cristo, el Espíritu Santo se representa con una paloma con las alas desplegadas, colocada generalmente entre las figura del Padre y del Hijo” (p.66)
La autora no se queda en la mera descripción formal de los componentes de las pinturas o esculturas novohispanas, sino que desglosa cada uno de ellos, trazando una línea cronológica a través de la cual el lector podrá advertir los cambios y mutaciones que la representación trinitaria fue adquiriendo a lo largo de la evangelización, en una posible resignificación de los modelos europeos y, que fue acomodándose según quienes fueran los receptores.
En el capítulo “Lo Confuso” desarrolla esta peculiar iconografía de las tres figuras divinas de
Termina con el capítulo de “Lo Prohibido”, la llamada Trinidad Trifacial, prohibida desde el siglo XVII por el Papa Urbano VIII, ya que se la relacionaba con los cultos paganos politeístas. Aquí también la autora rastrea sus orígenes que ubica, siguiendo a Germán Pamplona en su Iconografía de
Muchas y variadas son las conclusiones que sacan los tratadistas y la iglesia al respecto de esta representación. A modo de ejemplo, Maquívar hace alusión al tono admonitorio con que Juan Interián de Ayala advertía a sus pares, en su obra El pintor christiano y erudito (1654), sobre esta Trinidad trifacial: “Ya hice antes mención de una imagen absurdísima y monstruosa que algunos pésimos pintores quieren que sea de
En el libro de Maquívar podremos encontrar una herramienta valiosa, un relato minucioso que condensa las innumerables imágenes de las trinidades en Nueva España que han llegado hasta nuestros días, a pesar de
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